Urbanismo para habitar la ciudad
La relación entre el espacio público y los individuos ha transformado a Medellín en su historia más reciente. En esta ciudad ha dejado su sello la urbanista Giovanna Spera.
Textos Laura Vega Gutiérrez
Las primeras personas llegaron a quitarse los zapatos y meter los pies en la arena, para después mojarlos en las fuentes de agua. Otros buscaron de inmediato los chorros intermitentes, donde el plan era pasar corriendo y sin mojarse. Una estrategia fallida porque al final, entre carrera y carrera, el agua llevaba la ventaja. Que la ciudadanía se apropiará así del espacio, nunca estuvo en los planes del equipo de arquitectos encargados de diseñar el parque de los Pies Descalzos.
La idea de construirlo surgió como contrapropuesta a una solicitud oficial de Epm, que buscaba una solución de parqueaderos para su edificio. De la dirección del proyecto se encargó el arquitecto Jorge Pérez y la coordinación estuvo en manos de la arquitecta Giovanna Spera. “Desde la academia hubo un estudio y una reflexión importante alrededor de la idea y Epm finalmente la aceptó. Uno puede proponer muchas cosas, pero si no hay apertura del cliente pues no es posible hacerlo”, afirma. En este caso hubo luz verde para el inicio de la construcción que marcó el inicio del Laboratorio de Arquitectura y Urbanismo de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Pontificia Bolivariana.
Esta zona de Medellín era un “lugar no lugar”, dice Giovanna al recordar la inauguración del proyecto que, con el inicio del nuevo milenio, llevó a los habitantes de Medellín a conocer y habitar el patio trasero de la Alpujarra. “Pies descalzos cambió la concepción que teníamos de espacio público en Medellín y Colombia. Fue el inicio de muchos proyectos maravillosos en esta y en otras ciudades del país. Incluso el nivel de exigencia de la gente creo que deriva mucho del impulso y la emoción tan grande que produjo este proyecto”. Agrega que este parque es consecuencia de muchos factores, de un proceso de muchos años y una toma de conciencia ciudadana que no existía.
CONOCER LA URBE Y SU HISTORIA
Hasta la década de los ochenta la realidad de muchas calles de Medellín era de siderúrgicas, fábricas textiles, bodegas, parqueaderos. Una capital industrial que se fortalecía a la par con el crecimiento de la violencia, que también era parte del paisaje, y que impidió que la ciudadanía tuviera un vínculo con sus espacios públicos. “En esa época a la gente no le interesaba encontrarse con nadie en la calle, entonces, la mayoría de los encuentros eran en las casas. Se había perdido el concepto de lo público por un tema de seguridad. Había mucho miedo”.
Con los noventa llegaron una serie de cambios sociales, políticos y económicos, entre ellos la adopción de un Plan de Ordenamiento Territorial. Paralelamente un grupo de estudiantes y profesionales de la arquitectura comenzaba a comprender qué era el urbanismo. Entre ellos estaban Giovanna, reconocida con una beca para estudiar Planificación Urbana en la Universidad La Sapienza de Roma. “Cuando volví quería impulsar muchas cosas, quería sumergirme en la ciudad. Estuve por fuera mucho tiempo, por eso fue un momento para redescubrir sus rincones, entender sus particularidades, su diversidad”. Explica que para poder trabajar en la transformación de una ciudad es necesario entenderla. “Si uno no la conoce no la puede entender. Al estudiarla se abrió un mundo para mí, doloroso a veces. Se fueron visibilizando muchas áreas muy deprimidas de la ciudad, que se habían ocultado un poco por el encierro en el que habíamos estado por la violencia, cada uno en su ‘lugarcito’”.
“Soy muy exigente y siempre he tenido la suerte de trabajar con personas que quieren dar lo mejor”.
RECORRER LA CIUDAD CON OTROS OJOS
En 2004 empieza a trabajar en equipo con su socio y colega Juan Esteban Arteaga. “Tenemos una forma de trabajar que consiste en nunca estar encerrados en el tamaño del área que vamos a intervenir. Es muy importante ver que pasa más allá, pensar que ese espacio está en relación con el resto de la ciudad”. Juntos trabajaron en la renovación del bulevar del barrio Castilla. Explica que a partir de la topografía de la zona implementaron terrazas para resolver el acceso a los locales comerciales; estilo que más tarde se adoptaría en otros puntos, como la calle 10.
Dos años más tarde, en 2006, llegó la creación de Ciudad del Río. “En la zona había una serie de fábricas, entonces se hizo el planteamiento para darle una nueva estructura urbana. Finalmente se abrió un concurso privado y nos ganamos el diseño. Se concibió como un parque vecinal, para la gente que iba a vivir allí, pero nunca pensamos que iba a tener ese sobreuso que tiene hoy en día. Uno de mis grandes orgullos es que la bodega —antes llamada Talleres Robledo— conservara su arquitectura industrial y que hoy sea parte del Mamm, eso fue maravilloso”.
Estos tres proyectos son ejemplo de que lo más importante de un espacio público son las personas. Existe una certeza: las ciudades nunca dejan de transformarse y son los individuos, con sus necesidades y movimientos por la urbe, quienes potencian la necesidad de cambio y resignificación de los espacios.
GIOVANNA SPERA
Nacida
Medellín, Antioquia
Ocupación
Arquitecta urbanista
Premios
- Premio Nacional de Arquitectura Leopoldo Rother
- de la XX Bienal de Arquitectura.
- Mención Karl Brunner en la Categoría
- Diseño Urbano y Paisajismo.
- Premio Lápiz de Acero XIII en la categoríade Espacio Público.
Actualmente trabaja en la Empresa de Renovación y Desarrollo Urbano de Bogotá.