Mujeres en la arquitectura: Tres referentes de ciudad
Propiedades Home and Living habló con las arquitectas colombianas Amalia Ramírez, Catalina Patiño y Clara Arango sobre su obra y recorrido
Textos: Laura Jaramillo
Clara Arango
Sensibilidad es esa capacidad poderosa que permite a profesionales creativos ser catalizadores de la creación per se, con un toque de legitimidad y honestidad. Esa es la visión de la arquitecta Clara Arango, en cuya trayectoria convergen la arquitectura y el arte. Clara ha diseñado y liderado espacios de exhibición, así como montajes de exposiciones e instalaciones en diferentes partes del mundo. Trabajó de la mano de Alberto Sierra, uno de los curadores más reconocidos en el país, y de Ana Patricia Gómez, directora de la galería La Balsa, la que Clara coordinó por cinco años. Ambos personajes determinantes en su carrera.
Estudió Arquitectura en la Universidad Nacional de Medellín, Pintura y composición en Nueva York y una maestría en Proyectos innovadores en Milán. Trabajó en diferentes proyectos arquitectónicos e hizo parte de la unión temporal Laboratorio de Arquitectura y Paisaje y Mapas, Arquitectura y Territorio que obtuvo el segundo lugar en el concurso de Parques del Río. “Fue una experiencia increíble, que nos permitió como jóvenes profesionales pensar el futuro de las ciudades latinoamericanas. Creo profundamente en el espacio público y ahí lo pudimos expresar”, dice.
La obra de varias arquitectas colombianas la llena de admiración, al igual que la de mujeres del mundo del arte. De su trabajo rescata la perceptibilidad, “prestarse a esa energía creadora del arte es lo que permite que las ideas se manifiesten a través de uno, de la manera más honesta”, concluye.
Amalia Ramírez
Las guacharacas visitan el patio del edificio Doble Elle, un oasis verde en esta edificación que también es el hogar del estudio de arquitectura ar_ea, creado por Amalia Ramírez, hace seis años.
Ese edificio, los libros, y el arte inspiran el ejercicio creativo de esta profesional que a sus 27 años se embarcó en su propia firma de diseño arquitectónico: “Decidí que era el momento para hacerlo, nunca existe el momento perfecto, pero de alguna manera hay que empezar”. Actualmente trabajan con ella tres arquitectos y dos personas más en áreas administrativas. “Sostener una oficina que se enfoca en el diseño no es algo fácil, pero con constancia, enfoque y ganas de hacer las cosas, todo va trayendo su recompensa. Se aprende todos los días”, expresa.
El foco de ar_ea se es el diseño arquitectónico, principalmente de vivienda privada. Junto a Del Valle Estudio realizaron la arquitectura del reciclaje urbano del Edificio Paz, donde predomina la vegetación en la fachada. También hicieron la arquitectura del Ecohotel El Yarumo, en Guarne, con los arquitectos Ximena Gómez y Santiago Urreta.
Así, Amalia entiende la creatividad como la búsqueda de insumos en diferentes categorías y disfruta mucho de los proyectos asociados e interdisciplinarios. “Todos los proyectos son importantes, para mí es fundamental el proceso y la constancia, incluso los desaciertos son los que más nos han enseñado”.
Catalina Patiño
Plasmar los detalles del paisaje en la arquitectura y explorar la materialidad y los procesos connaturales de cada lugar es el hilo conductor de CAPA Arquitectura, estudio liderado por Catalina Patiño y Juan Pablo Ramos, dedicado principalmente a proyectos de vivienda privada, en pequeña y mediana escala.
Catalina también vive esa pasión por los detalles y el diseño en CAPA Joyería y desarrolla profesionalmente su hobby de idear y fabricar joyas a mano, con una estética artesanal, espontánea e imperfecta, que también captura la inspiración del entorno.
Catalina es arquitecta de la UPB Medellín y realizó su posgrado en España. Ha trabajado con Plan:b Arquitectos y junto a Viviana Peña fue fundadora de Ctrl G, que en asocio con 51 – 1 Arquitectos, una oficina peruana, realizó la expansión del Museo de Arte Moderno de Medellín. “Trabajar en un proyecto que es para tantas personas es muy gratificante. Fue algo muy único, tuvo muchas etapas, pero fue muy bonita la parte de la ideación” comenta.
Otro de los proyectos que recuerda con especial cariño es el Jardín Infantil de Pajarito La Aurora, ganado por concurso público: “Fue muy lindo diseñar para la escala de los niños, un jardín donde crecen”. Finalmente, en su sello destaca la importancia de escuchar a las personas y solucionar a partir del diseño, conjugando estilo y línea: “cualquier encargo puede ser muy interesante, por pequeño o grande que sea. Todos los retos son muy interesantes”.