¿La cerámica pintada a mano tiene un lugar en los interiores?
La cerámica carmelitana ha trascendido el espacio de la cocina para ocupar otros escenarios del hogar en complementos y acabados
Textos: Luisa María Gallo G.
Fotos: Carlos Velásquez
Entre música y polvo blanco hay varios baldes, unos llenos de arcilla líquida y gris, otros ocupados por esmalte, un líquido blanquecino en el que son sumergidas las piezas que irán al horno. En unas mesas alargadas están dispuestas brochas, pigmentos, esponjas y, frente a ellas, artesanos que posan ágilmente el pincel sobre el bizcocho para dibujar formas de la naturaleza y otras abstractas. Así es un día de trabajo en los talleres de El Carmen de Viboral.
Se crean vasos, platos, jarrones, servilleteros y nuevos objetos que con el pasar del tiempo se han sumado al inventario de productos que se elaboran y comercializan en este municipio del Oriente antioqueño que ha cultivado la tradición ceramista desde comienzos del siglo XX, época en la que surgieron varios talleres.
De acuerdo con Fanny Bello, de Cerámicas El Dorado, fue la riqueza del agua y de diferentes arcillas lo que permitió que este oficio se expandiera. “Las fábricas estaban siempre ubicadas al lado de una quebrada, así movían la rueda Pelton que generaba la energía necesaria para crear la cerámica”.
Este oficio tuvo una época dorada y sufrió un declive al finalizar el siglo pasado, sin embargo, desde 2012, la cerámica decorada a mano y bajo esmalte tiene del sello de Denominación de Origen Protegida (DOP), que reconoce su calidad, características distintivas y procedencia geográfica. Al tiempo que cursa el proceso para hacer parte de la Lista Representativa de Patrimonio Cultural del país.
Berónica Rojas, comunicadora de Vivoral Cerámica narra que las pintas tradicionales permanecen y, simultáneamente, surgen más ideas que adaptan este ingenio artesanal a diferentes tipos de clientes, por eso también es posible encontrarlo en mobiliario, paredes, chapas, plafones y otros usos en la construcción.
Accesorios conjugables
Estos objetos tienen un uso decorativo y funcional. Están las haladeras o manijas para puertas y cajones, los plafones para luces y macetas para jardinería.
Acabados con carácter
El uso de piezas utilitarias para servir la mesa ha sido la práctica más común para la cerámica, pero estos mismos elementos también se usan para decorar empotrando piezas o creando estructuras a partir de ellas, que aportan color y un toque distintivo.
Mobiliario en contraste
Las baldosas pintadas a mano también se usan para complementar mobiliario, aportando en practicidad al suplir otros elementos decorativos. Los colores plasmados en la cerámica contrastan con la neutralidad de materiales como la madera o el hierro.
Rincones florecidos
Los lavamanos también son una opción ideal como complemento artesanal en el hogar. Algunos talleres aún lo comercializan con su decoración completamente manual, sin embargo, su frecuencia de fabricación ha disminuido como consecuencia de la compleja elaboración de su estructura.