Mantener la esencia, la premisa de ALH taller
Más allá del reto que representa una hoja en blanco, para ALH Taller ese es el punto de inflexión del proceso creativo, donde comienza la transformación de los espacios.
Aunque en el papel ALH Taller es una sociedad entre tres hermanos (Santiago, Camilo y Juan Arango Largacha) con importantes desarrollos arquitectónicos en Medellín y Bogotá, su esencia e identidad es valorar cada paso del proceso para cumplir el objetivo de hacer ciudad. De aquí que prefieran los proyectos que perduren en el tiempo y puedan transformar la sociedad, antes que los masivos. Aquellos que aporten desde la estética y también desde ese compromiso ambiental y social, clave a la hora de pensar en el desarrollo.
“Trabajamos como taller de universidad, somos muy ‘vieja guardia’ en ese sentido”, explica Santiago Arango, quien es el encargado de hacer ese primer boceto en un plano en blanco, para luego darle libertad a su equipo de trabajo. “Tenemos procesos rigurosos en los que siempre comenzamos rayando a mano, analizamos a profundidad para luego pasar a la parte digital. Involucramos a nuestros clientes en los proyectos de principio a fin y tratamos de no ser arquitectos con obras intocables”.
También entienden que para mantener la esencia es indispensable sostener el crecimiento. Por eso no pretenden crecer hasta llegar a ser una gran oficina, sino que prefieren ser un taller pequeño que pueda preocuparse por cada detalle del proceso.
Desde 2012, cuando se fundó el taller, tienen su visión de arquitectura clara: hacer ciudad. Y para lograrlo encuentran en el trabajo interdisciplinario una herramienta fundamental, integrando diferentes especialidades, desde diseño interior, urbanismo, arquitectura interior, hasta ingenieros forestales. “Disciplinas que en conjunto le aportan a la ciudad”, precisa Arango.
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Además, tanto en Medellín como en Bogotá, el equipo está conformado solo por mujeres. Y no es casualidad: “Mis socios y yo somos muy acelerados y ‘vamos a toda’, entonces las mujeres con las que nos hemos encontrado en la vida laboral tienen un talento inigualable, son muy metódicas, organizadas y comprometidas con todo lo que hacemos”
Otro sello de la esencia del taller se refleja en los materiales, que enaltecen desde su pureza. El ladrillo artesanal requemado, el concreto entablillado, el acero crudo y la madera, están presentes en muchos de sus desarrollos, entre los que se destacan Bosque Azul, El Gulongo, Meridiano, Matorral, Casa CN, Casa Luna Verde y Nómada. Por medio de su atemporalidad, lo que buscan es que logren envejecer en armonía con el entorno, conservando sus características naturales para fusionarse.
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El taller ha conseguido importantes distinciones por su trabajo, tales como el Premio Nacional de Arquitectura y Urbanismo y el Premio Lápiz de Acero en 2017, además la XXV Bienal Colombiana de Arquitectura y Urbanismo 2016 en la categoría Hábitat y Vivienda colectiva, pero más allá de esto, lo que más valora Santiago es poder cumplir los sueños de las personas al ver materializada la idea que plasmaron como equipo en un plano. Para él lo más gratificante es guiar todo el proceso hacia el objetivo final: la realización de la arquitectura.
6 datos detrás de ALH
– ¿Un pasatiempo?
La música es mi vida. Escucharla, investigarla, tocarla. Soy un enfermo de la música. Es un sueño frustrado pero lo practico en mi día a día.
– ¿Una palabra para definirse?
Descomplicado.
– ¿Un material?
El ladrillo.
– ¿Un sueño?
Tengo dos: que mi hija sea una buena persona en la vida y tocar en un concierto de rock.
– ¿Lo mejor del trabajo?
La parte creativa. Sentarme ante el plano en blanco y comenzar a hacer bocetos. También me gusta mucho ir a las obras.
– ¿Desarrollar casas o edificios?
Por lo general edificios porque le aportan mucho a la ciudad, pero también me apasionan mucho las casas porque el nivel de detalle es mayor.