Ordenar los espacios puede ser una tarea simple
Para muchos, mantener ordenados los espacios que habitan cotidianamente es una tarea compleja y puede serlo, sino se cuenta con las claves necesarias. Aquí te damos algunas.
Textos: Luisa María Gallo G.
¿Alguna vez te has despertado en medio del desorden de tu habitación y has sentido que es más difícil empezar el día? Ya la gurú del orden Marie Kondo y otros famosos organizadores, han advertido de los beneficios de vivir en un lugar organizado, pues si bien es cierto que cada persona puede establecer su propia estructura, es indiscutible que tener claro dónde va cada objeto reduce el tiempo y la energía invertida para buscar aquello que necesitamos a diario.
Ordenar puede no ser un asunto meramente orgánico ya que, aunque a lo largo de la vida el mandato de “ser ordenados” prevalece, pocas veces recibes información metódica para lograrlo. Incluso, la información que se encuentra es diversa y muchas veces contradictoria, por lo que es importante que cada persona vaya construyendo su propia rutina de organización. Aquí te damos algunos consejos que debes considerar.
Inicia una jornada de limpieza
Conservar la casa ordenada implica un ejercicio diario de aseo, pues ningún espacio puede sostenerse limpio a largo plazo si no tiene mantenimiento. Sin embargo, si los lugares se encuentran en una situación crítica, es preciso hacer una primera y gran jornada de limpieza que dé prioridad a la eliminación de elementos innecesarios, sea por su poco uso o porque han perdido el valor por el que fue adquirido.
Divide los espacios
Es de común acuerdo que nuestra casa se divide en ambientes por funciones determinadas. Pese a eso, pocas veces reconocemos que cada espacio está formado, a su vez, por otras secciones. Una habitación podría segmentarse en cama, clóset y estudio. Así que una buena forma de comenzar el proceso de organización es asumirlo como una tarea progresiva. Tender la cama debe ser una tarea diaria, a la que se le puede sumar el orden del clóset. Cuando ambos espacios logren mantenerse durante una semana en el punto adecuado, ya será el momento de añadir otra sección a la rutina, tal como el escritorio. Cuando menos lo creas, ya habrás conquistado la organización de tu habitación.
Asigna un lugar para cada cosa
Cuando tenemos claro el lugar que ocupa cada objeto se hace mucho más fácil ordenarlo. Y lo mejor es hacerlo inmediatamente, si usamos algo y no vamos a emplearlo en los días siguientes, lo ideal es llevarlo a su puesto antes de que, muchos objetos pequeños, se acumulen y generen desorden y mayores dificultades para ordenarlo.
Evita almacenar nuevamente
De nada sirve que elimines cosas de tu hogar si con el pasar de los días vuelves a llenarte de objetos. Así que para ser organizado es importante que hagas compras conscientes y evites llenarte de objetos innecesarios. Según Marie Kondo, uno de los principales enemigos del equilibrio espacial es lo que nombra en su libro La magia del orden como Komono, un concepto japonés que se refiere a la acumulación de papeles, facturas y propaganda que son esos elementos que llegan al hogar sin ánimo de ser conservados pero que si no se botan a tiempo pueden generar desequilibrio.
Involucra a todos los miembros del hogar
Para lograr que la armonía perdure en el tiempo, es preciso que todos los miembros del hogar participen de esta actividad. Su intervención dependerá de la cantidad de objetos que tenga cada uno y de su edad. Los niños, por ejemplo, también pueden tener actividades puntuales para fomentar su espíritu organizador.