¿Construir en pandemia? Tres trabajadores cuentan su experiencia
En el mes del trabajador de la construcción hablamos con quienes se mantuvieron firmes, aportando al crecimiento de uno de los sectores claves para la recuperación económica del país.
Sergio Roldán – Maestro de obra en edificación
“Comencé empírico, de ayudante y luego de oficial. Me capacité en el SENA y me certifiqué como maestro de obra”, comenta Sergio, quien ya tiene 13 años de experiencia en el sector, 10 como maestro de obra.
Cuando comenzó la pandemia, “lo primero que pensamos fue que nos íbamos a quedar sin trabajo”, relata Sergio. “Pero nos empezamos a organizar con los protocolos de bioseguridad. Fue duro por ser muchas personas, pero lo sacamos adelante poniendo de nuestra parte. Entre todos nos hemos cuidado”.
“Me apasiona la construcción. Todos los días innovamos y vemos cosas diferentes. Es muy satisfactorio cuando uno le entrega a los propietarios y ver la felicidad que les da tener su apartamento terminado, me hace sentir bien y con el deber cumplido”.
“Hacer un proyecto a veces es difícil, lleva muchas cosas, y llegar a ese punto final es muy satisfactorio para todo el equipo. Y considero que mi trabajo es importante porque me permite sacar a mi familia adelante”, afirma Sergio.
Guillermo Betancur – Maestro de obra
“Compré un lote, construí y luego vendí. Me gustó ese negocio, entonces me empecé a dedicar a eso”, cuenta Guillermo al recordar sus primeros momentos como oficial de construcción. “Estuve un tiempo trabajando por fuera del sector. Y cuando volví, ya tenía más de 30 años, más responsabilidad y más madurez, entonces pude orientarme mejor”
Tiene la clave para hacer su trabajo con la mejor calidad: “Desde que se trabaje con materiales de primera calidad y buenas herramientas, el trabajo de la construcción no es tan difícil como se cree. Usando el nivel, la plomada, escuadra e hilo… Nada es perfecto, pero sí se puede alcanzar una excelente calidad”.
Durante la cuarentena aprovechó un tiempo para descansar y dedicarse a arreglar su propia casa antes de retomar nuevamente los proyectos en los que venía trabajando. “Mi trabajo es importante porque estoy construyendo algo para que la gente viva. Y se trata de construirlo con mucho amor para que tenga buena calidad y pueda perdurar muchísimos años”, puntualiza.
Omar Arango – Distribuidor de materiales de construcción
Siguiendo las medidas y protocolos de bioseguridad, Omar pudo continuar trabajando en su negocio, haciendo las entregas de material a domicilio y dejando los productos fuera de las casas.
Se desempeña en este sector desde hace más de 20 años, cuando decidió apostarle a un segmento en el que tenía oportunidades: “La familia de mi esposa estaba en el ramo de la distribución de materiales y herramientas. Muchos fueron estudiando y soltando esta ocupación, hasta que la cogimos nosotros”.
Después de todo este tiempo tiene claro lo que más le gusta de su trabajo: generar empleo. “Así uno aporta al progreso, primero del barrio, porque hace 20 años había ranchos de tablas, ya casi todas son casas de material, de tres y cuatro pisos. De todas maneras es un aporte que uno hace al crecimiento del barrio y de la ciudad”.