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La claridad que da La Experiencia

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El arquitecto Juan Forero reflexiona sobre el oficio al que le ha dedicado su vida. Una visión que valora la arquitectura honesta y sin más pretensión que la de servir a las personas que la habitan.

Textos María Camila Duque Escobar
Fotos Cortesía Juan Forero Arquitectos

Casi 40 años de ejercicio en la profesión han convertido a Juan Fernando Forero en un nombre inmediatamente reconocible en el medio. Y, aunque podría parecer mucho para quienes están cansados de su trabajo, para el hombre detrás de Juan Forero Arquitectos es solo tiempo que le dedica a una pasión. “Siempre me pregunto: ¿la gente para qué me paga, si es que paso delicioso haciendo esto todo el día?”, comenta, riéndose de lo aparentemente absurdo de su cuestionamiento. En la iluminada oficina de último piso en el Edificio Bianco, construido por su propia firma, el arquitecto se sienta en el escritorio delante de una gran biblioteca y habla entusiasmado de música, una de sus grandes aficiones, también de literatura, otro de sus grandes amores y hasta menciona casualmente que disfruta mucho cocinar. Un hombre de variados intereses. No obstante, su favorito de lejos y a al que le ha dedicado la mayor parte de su vida es a la arquitectura.

Al preguntarle de dónde viene esa devoción que siente por el tema, simplemente responde, “no sé, nació conmigo. Toda la vida quise ser arquitecto y nunca dudé en lo que iba a hacer”. Fue así que, una vez terminado el colegio, con 16 años de edad, ingresó a la Universidad Pontificia Bolivariana para cumplir su vocación.

A los 21 ya era arquitecto y desde entonces el recorrido ha sido largo, experiencia que le permite en este momento dejar a un lado todas las inseguridades características de la juventud y hablar sin dudas del tema. “Para mí la arquitectura es algo profundo, un sentimiento. Lo que me gusta a mí en la vida es vivir, habitar y cómo hacerle la envoltura a ese habitar es lo que me llama la atención. Por eso también me interesan la literatura y la música… junto con la arquitectura son maneras de habitar el espacio y vivir la vida”, asegura Juan.

Poco después de terminar la universidad, viajó a Estados Unidos donde vivió durante algunos años y donde, además, tuvo la oportunidad de estudiar en algunas de las mejores escuelas de arquitectura del país. “Tuve acceso a Harvard y a Rhode Island School of Design porque era amigo del director de programa, si no, no podría haber ido”, cuenta entre risas. “No me gradué en ninguna, sin embargo, pude hacer lo que realmente me interesaba que era aprender. Conocí de primera mano a los mejores en ese momento: Aldo Rossi y Robert Venturi; también a Frank Gehry, que daba clases en Berkeley”, recuerda.

Esta experiencia fue muy significativa por lo que pudo extraer al escuchar a grandes maestros, y también porque le permitió darse cuenta de que la perspectiva estadounidense no era la que quería en su obra. “Para mí la arquitectura es algo mucho más simple, más del alma, íntima y de mucha más reflexión”, afirma el arquitecto.

A su regreso a Colombia, trabajó durante casi diez años en la oficina del arquitecto José Nicholls, a lo que siguió su independencia como arquitecto, hace 25. Desde entonces edificaciones suyas se han construido acá y allá esparcidas por toda la ciudad, y una que sin duda ha pasado la prueba del tiempo es la Biblioteca Luis Echavarría Villegas de la Universidad Eafit, que realizó en asocio con el arquitecto Carlos Julio Calle.

“Eso fue algo que marcó. Carlos Julio y yo éramos socios. Él hizo toda la teoría del río. Era un arquitecto muy inquieto desde el punto de vista urbanístico. Ahora veo ese edificio y está muy nuevo”, comenta Juan. Una proeza importante considerando que este año ajusta su aniversario número 20 y aún logra mantenerse vigente, acorde y moderno.

Para lograr algo así, el arquitecto tiene clara la receta: “Una obra perenne, que trascienda, debe tener detrás un arquitecto global capaz de ver lo general. Por ejemplo, la biblioteca está planteada desde cómo se lee. Las estructuras son como muñecas rusas que se ponen una dentro de otra para que la luz entre cenitalmente. Quienes están dentro no tienen ninguna distracción porque no tienen ventanas al exterior. Solo está el espejo de agua abajo que refleja la luz o lo que se puede ver arriba. ¿Cómo hacer un edificio vigente? Con ideas potentes, ideas del alma”.

Evidentemente llegar a ellas no es fácil. Todos los profesionales, en cualquiera que sea su área de desempeño, tienen ciertos vicios, manías que les ayudan a maniobrar las dificultades que presenta cada nuevo proyecto. En la arquitectura es igual y, para Juan Forero, cuando un arquitecto es capaz de enfrentarse a un lote, un lienzo en blanco, desechando todas las “muletillas” que hasta ese momento le permiten vivir, es que logra acercarse a la arquitectura en su expresión más pura.

Al revisar su obra, si bien puede notarse una evolución, sigue existiendo un hilo conductor que atraviesa todas sus creaciones. “La arquitectura que hacemos acá no es de moda, es bastante correcta, entonces es muy racional. Nunca descuidamos la espacialidad, la tridimensionalidad. Quiero que la gente se sienta acogida, que pase de
un espacio con mucha luz a uno más pequeño y oscuro. No nos gusta la obviedad. Nuestras fachadas no son muy pensadas, son más bien las consecuencias de lo que pasa en el interior. Y algo que definitivamente sí buscamos es que cada una de ellas, grande o chica, sea potente, honesta y entera”.

En ese proceso creativo del que no parece cansarse nunca, Juan dirige su equipo de arquitectos con la maestría de un director de orquesta, solo que en este caso en vez de una batuta, lo hace con lápiz Mirado 2 en una mano y un borrador y escala en la otra ■

UNIVERSIDAD EAFIT: Los arquitectos Carlos Julio Calles y Juan Forero diseñaron la biblioteca de Eafit y los jardínes circundantes. El edificio de la Escuela de Ingeniería de esa universidad es la última obra del arquitecto Forero allí.
UNIVERSIDAD EAFIT: Los arquitectos Carlos Julio Calles y Juan Forero diseñaron la biblioteca de Eafit y los jardínes circundantes. El edificio de la Escuela de Ingeniería de esa universidad es la última obra del arquitecto Forero allí.

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“Creo en la arquitectura del alma, la que se hace con el corazón, con el conocimiento y, además, con la experiencia”- Juan Forero

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pick-2

 

JUAN FORERO

Lugar de nacimiento
Medellín
Locación
Medellín
Ocupación
Arquitecto
Estudios
Universidad Pontificia Bolivariana
Pasantía en Harvard (sin título)
Rhode Island School of Design
(sin título)

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